viernes, 29 de noviembre de 2013

Decíamos ayer....







Bueeeno, entramos en la recta final  y empiezan las celebraciones, fiestas en casa, encuentros con amigos, comidas con la familia y todos los etcéteras posibles. Otro año más que será el reflejo exacto de lo que dijimos que no haríamos.

Repetiremos en excesos de comida, aunque si de excesos se trata, hay que recuperarlos todos a la hora de sentarnos y compartir  esos buenos ratos que se generan alrededor de una mesa, nada más gratificante que disfrutar en armonía de unas buenas risas y un buen menú.

De todas maneras y sin ánimo de ponerme transcendente, este año os pediría que cuidemos la demasía y que nos acordemos de que en muchos sitios, pero también en este país nuestro, no todos tienen la fortuna de elegir. Por lo tanto seamos solidarios.

Esta receta que hoy os propongo es barata, rica rica y en el plato queda espectacular. Si añadimos que se hace en un abrir y cerrar de ojos creo que no exagero si os digo que puede ser un buen recurso para esas reuniones que no podemos ni queremos evitar.

Vamos a ello.
Se necesita un solomillo de cerdo para cada dos comensales. Claro, si es ibérico mejor pero no es necesario.
Una manzana no demasiado ácida por persona.
Unas cebollitas francesas ( que pueden ser de bote )
En la foto que os adjunto le he añadido unos níscalos, pero también puede valer un arroz basmati.
Un vaso de vino de coñac
Azúcar, pimienta negra, mantequilla, zumo de limón, sal, aceite, una chispa de canela

Hale, venga, sin pereza y a la cocina.

En una sartén ponemos un buen chorro de aceite de oliva, salpimentamos la carne  y la marcamos a cuego vivo. para que adquiera un color dorado, la colocamos en una bandeja de horno y a una temperatura de 200 grados la tenemos 5 ó10 minutos, dependiendo de si nos gusta más o menos hecha. En la sartén que hemos utilzado anteriormente añadimos el coñac y lo prendemos teniendo extremo cuidado con el fuego. Cuando la llama se apague  lo retiramos del fuego con el fin de que la salsa no se consuma.

En esa salsa vamos a poner las cebollitas con un poco de azúcar, sólamente queremos conseguir que se caramelicen. Las retiramos. Desglasamos la sartén con agua y conservamos esa salsa para después rociar la carne.

En una cazuela ponemos las manzanas troceadas, la mantequilla, el zumo del limón, el azúcar, la canela, y un pellizco de pimienta y dejamos cocer hasta que estén blandas procurando machacar de vez en cuando para que se deshagan sin llegar a hacerse papilla. Deben quedar como un puré con tropezones.

Si habéis decidido añadirle las setas, es el momento de pelar unos ajos, filetearlos y pasarlos por una sartén, cuando se doren añadimos las setas ; un par de vueltas y ... listo.

Venga, que os veo la cara y se lo que estáis pensando : ¡ pero si decía que  era fácil ! 

¡ Y lo es ! En realidad habéis hecho una salsa, tenéis una carne en el horno, unas cebollitas en espera y un puré de manzana haciendo chup chup en una cazuela.

 Bien, ahora se trata de poner cada cosa en su sitio.

Sacamos la carne, la partimos y emplatamos; a un lado el puré, al otro las cebollitas, las setas si están, y rociamos con la salsa que hemos reservado. Punto. No, no, nos falta un cordoncillo de la mostaza que nos guste encima de la carne.

¿Era o no era fácil ? Si es que.... os entra el pánico por nada criaturas.

Sed felices. Y 



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